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Las 18 horas de cirugía que deciden el futuro de las siamesas Erika y Eva

LOS ÁNGELES, California.- LOS ÁNGELES, California.- Medio centenar de doctores están llevando a cabo este martes una maratónica intervención quirúrgica –estimada en 18 horas- para separar los cuerpos de las siamesas Eva y Erika Sandoval, unas pequeñas que han pasado sus dos primeros años de vida conectadas por debajo del ombligo.

Las niñas entraron en quirófano alrededor de las 6 de la mañana en el centro médico infantil Lucile Packard Stanford, en el norte de California para enfrentar la compleja operación que implica la partición de órganos como el hígado y parte del aparato digestivo, así como huesos y extremidades que comparten.
Existe un riesgo de un 30% de que una de las dos niñas no supere el procedimiento debido, principalmente, por la pérdida de sangre que se anticipa ocurrirá durante la cirugía.
Entre los especialistas que participan en la operación hay cirujanos plásticos, médicos ortopedas, urólogos y anestesiólogos. Al frente de la cirugía está el médico Gary Hartman, quien ya dirigió dos operaciones similares con éxito en 2007 y 2011.
“La cirugía es compleja en cuanto a que pueda permitir una buena calidad de vida para ambas niñas después de la separación”, manifestó Hartman.
"Cuando se separen, va a ser como la pérdida de un pequeño cuerpo. Pero será el nacimiento de dos pequeños individuos independientes", dijo Aida Sandoval, la madre de las siamesas –y otros tres hijos más-en una entrevista otorgada al periódico The Sacramento Bee.
La primera fase de la intervención implica separar vasos sanguíneos, dividir órganos internos –incluyendo el hígado – y seccionar el hueso pélvico que comparten las siamesas.
Durante el proceso los médicos podrán consultar modelos en 3D de la estructura interna del cuerpo que comparten Erika y Eva.
La división del hígado se perfila como el desafío más grande de la cirugía. La pérdida de sangre, especialmente durante el proceso para separar el hígado y la pelvis, representa el máximo peligro a la supervivencia de las siamesas, explicó Hartman.
Una vez completada la primera fase de la separación, las niñas serán trasladas a dos salas apartadas donde los médicos se encargarán de reconstruir el abdomen y el torso inferior de cada pequeña.
Entre los retos que todavía enfrentan los cirujanos están la distribución y el funcionamiento de los riñones y qué harán con la tercera pierna que comparten las gemelas. Los médicos aún no han decido si la extremidad quedará atada a una de las niñas o si servirá para crear injertos de piel.


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