Un guante y cinco gasas en el útero de una mujer
En abril de 2017, la afectada se sometió a una intervención ginecológica en una clínica privada, y al finalizar los doctores le explicaron que todo había “salido bien”. Pero, al poco tiempo empezó a sentir dolores “Como si alguien le estuviera apuñalando el vientre”, también presento náuseas y dificultades para orinar.
“El médico me prescribió analgésicos sin examinarme”, comentó la víctima. Después de tres días, expulsó los objetos inmediatamente de presentar varias contracciones extremadamente fuertes.
Cuando fue a la clínica a pedir explicaciones, quedó confusa por la actitud del cirujano: “Si no le gusta, póngase en contacto con mi compañía de seguros. Estoy muy bien asegurado”, le mencionó a la mujer afectada.
Tengo entendido que en el quirófano hay una persona encargada de las gasas y guantes, (no el doctor) quien debe debe contar las gasas que entran y luego contar cuando salen para que no quede nada adentro.
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